Y pensabas que tu equipaje estaba seguro por poner un candado a la cremallera


Lo fiamos todo a un candado.
Toda nuestra seguridad está puesta en una pequeña pieza metálica con una pequeña llave que separa nuestras posesiones más preciadas o más necesarias en un viaje de los amigos de lo ajeno. Bien es cierto que si se empeñan se llevan la maleta entera o con una navaja abren por donde quieren, pero el problema de las bolsas y maletas que se cierran con zipper es que con poco más que un bolígrafo la “barrera” del zipper desaparece y lo peor es que puede volver a quedar todo como estaba al principio sin que podamos advertirlo hasta que ya sea demasiado tarde, como se nos demuestra en el vídeo.

Y aún hay más. Como se puede ver en el video, el problema no está en la sencillez con la que se puede abrir el zipper, sino que por la propia naturaleza de ese tipo de cierre resulta igualmente fácil volver a dejarlo todo en su estado original.


Una vez forzados los dientes del zipper en un punto, esta se abre sin más complicaciones. Se accede al contenido de la maleta y basta con volver a mover el cierre, con candado y todo, para volver a engarzar el zipper cerrándola. Esto es así para el caso de los modelos que no incluyan un lugar al que fijar el cierre con llave. En estos el zipper sería igual de “inviolable” pero al menos detectaríamos el primer golpe de vista que alguien abrió nuestro equipaje. ─ Antonio Rentero 

Fuente: Gizmodo.es

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