El asunto resulta comprensible si se tiene en cuenta que Xiaomi ofrece, por un precio de unos 300 dólares, un smartphone con pantalla IPS de 5 pulgadas y resolución Full HD, cámara con sensor Sony de 13 MP, lentes con apertura f/2.2 y doble flash LED, en una carcasa de sólo 8,1 mm en la que va integrado hardware de primera línea.
El procesador es un Nvidia Tegra 4 A15 con cuatro núcleos de alto rendimiento, un núcleo de máximo ahorro para tareas simples y un procesador gráfico GeForce, todo ello acompañado de 2 GB de RAM.
La pantalla es además, según el fabricante, ultra resistente y sensitiva como busca demostrar en algunos vídeos en su canal de YouTube.
La batería es de 3.050 mAh y está disponible con 16 o 64 GB de capacidad. El modelo de 16 GB tiene un precio al cambio de unos 330 dólares mientras que el de 64 GB cuesta unos 410 dólares.
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